3 Cosas que las Mujeres Rechazan de los Chicos Buenos

Hay 3 cosas que las mujeres rechazan de los chicos buenos y si te sientes identificado deberías dejar de hacerlo YA. Porque ser un chico bueno no es ser amable, educado y simpático y ser un chico malo es ser grosero, arrogante y egoísta. Un chico bueno puede ser egoísta, mientras que un chico malo puede ser educado, y te lo voy a explicar.

1- Siempre están disponibles

La primera de las cosas que las mujeres rechazan de los chicos buenos y que no es una característica atractiva en un hombre, es que los chicos buenos siempre están disponibles para las mujeres, dejando entrever que no tienen vida, que no tienen aficiones y que no tienen nada mejor que hacer que estar disponibles para esa mujer, como si no tuvieran más vida.

Así que, ¿qué crees que está demostrando un chico bueno cuando se muestra siempre disponible para una mujer? Pues que es un hombre inactivo, desocupado, que no tiene nada que hacer en la vida. Y, oye… a las mujeres nos gustan los hombres con vida, con pasiones, con cosas que hacer.

Además, cuando un chico bueno le dice a una mujer que “sí” a todo, eso demuestra que es un hombre manipulable porque parece que cualquier persona va a poder hacer con él lo que quiera si le va a decir que “sí” a todo el mundo . Y cuando digo cualquier persona, me refiero a cualquier persona de verdad: hombres, mujeres y quien sea.

Decir que «sí» a todo es otra de las cosas que las mujeres rechazan de un hombre rotundamente.

2- No expresan lo que les molesta

Otra característica de estos chicos buenos a diferencia de lo que se llama chicos malos, es que no expresan lo que les molesta y se lo callan todo para no molestar a las mujeres, para no incomodar… Y, para no molestar, también dicen que perdonan prácticamente todo, aunque en el fondo no estén de acuerdo… y si no están de acuerdo, realmente no hay un perdón real y queda algo amargo por dentro.

Pero lo que a las mujeres nos genera rechazo de que no expresen lo que les molesta de la misma forma que expresan lo que les gusta, es que no están construyendo una relación real. Es decir: una persona real nos expresa lo que le gusta y lo que no le gusta, lo que quiere y lo que no quiere… Pero si a un chico bueno siempre le gusta todo…. eso es raro, a nadie nos gusta siempre todo… siempre hay algo que podemos matizar o cambiar o sugerir… Así que callarte lo que te molesta es raro, genera desconfianza y es una de las mayores cosas que las mujeres rechazan de los hombres.

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3. Su bondad es egoísta

La última de las cosas que las mujeres rechazan de los hombres es una característica algo más delicada, porque es contraintuitiva, no es muy fácil de entender para todo el mundo, me he dado cuenta que es necesario tener autocrítica y una mente abierta para darte cuenta de tus propios patrones inconscientes y así poder cambiar esos errores que puedes estar cometiendo sin darte cuenta.

Se trata sobre el egoísmo oculto de los chicos buenos. Porque no es oro todo lo que reluce porque… ¿acaso esa complacencia y esa servidumbre que los hombres buenos tienen con las mujeres es gratis? Pues no, no es gratis cuando hay un objetivo detrás, cuando quieres conseguir algo a cambio de esa complacencia.

Lo que los chicos buenos buscan como objetivo al ser complacientes, aunque sea inconscientemente, es: gustar. Gustarle a esa chica a la que tratan como a una princesa. ¡Y, oye! Todos queremos gustar, y es lícito, pero no vas a gustarle a esa mujer arrastrándote ante ella, ni diciéndole que sí a todo. Simplemente vas a generar rechazo, porque ser servicial y complaciente no es ser genuino y auténtico, y por eso no genera atracción en las mujeres.

¿Qué les gusta a las mujeres?

A las mujeres nos gustan los hombres auténticos, y esos hombres que no son tan serviciales, tienen algo que los chicos buenos no tienen: Son más auténticos, y si tienen que decir “no” a algo de ella o tienen que llevarle la contraria, lo harán.

Lo harán porque no tienen miedo a expresar su opinión, no tienen problemas a la hora de pedir algo y se respetan a sí mismos. Eso no significa que no exista empatía y respeto hacia ellas, sino que respetan sus propias opiniones, sus emociones, sus deseos, y necesidades, y eso les convierte en hombres genuinos, auténticos e incluso en los que confiar. Porque un hombre que cambia su opinión dependiendo de la persona que tenga delante no es una persona de fiar.

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