«No ligo por culpa de las mujeres porque son…» o «no ligo por culpa de los hombres porque…» son comentarios habituales en los que culpamos al otro, le ponemos una etiqueta de algo que creemos con respecto a ellos o ellas en general y le echamos la responsabilidad al otro de lo que nos pasa a nosotros, porque como ellos son de “x” forma pues, esto nos afecta, por lo tanto la culpa es del otro.
Voy a poner ejemplos, en los dos sentidos, para explicar esto:
Responsabilizate de tu vida amorosa
“Es que las mujeres solo buscan hombres con dinero”. Entonces no ligo por culpa de eso. Bien, ahí estás señalando con el dedo. Las estás juzgando y culpando de algo. Estás diciendo que tienen un comportamiento X que, parece, que a ti no te gusta o te molesta.
Yo te pregunto: 1. ¿Te sientes merecedor de una mujer por lo que tienes? 2. ¿Cuánto aprecias que las mujeres te miren por lo que tienes? 3. ¿Cómo te sientes cuando no te miran? Porque podría parecer que es una carencia tuya, que las mujeres no te hacen caso, y te enfadas porque no te hacen caso, porque te gustaría que te miraran.
Y en lugar de mirar qué haces tú, que eres el responsable de lo que haces con tu vida y de cómo actúas y cómo te comportas, es mucho más fácil enfadarte con quien tienes delante, en este caso, con las mujeres. Y señalarlas. Y culparlas.
Lo mismo hacen algunas mujeres cuando dicen: “Los hombres sólo quieren sexo.” Vuelve a ser una creencia, de nuevo, el tema no es culpar ni señalar con el dedo al otro, sino mirar qué es lo que esto deja al descubierto: 1. ¿Qué te pasa a ti con la sexualidad? 2. ¿Qué problema tienes con un hombre que muestra su sexualidad? 3. ¿Cómo pones límites a esa actitud que parece que te incomoda? Porque este juicio hacia el otro, tiene también que ver con uno mismo.
No ligo por mis heridas
Este un juego de doble rasero, porque aunque crees que estás ganando porque estás señalando y culpando al otro, realmente al hacerte la víctima, te haces pequeño porque nunca nada depende de ti. Además, en los ejemplos que he puesto, lo que haces también es ponerte moralmente por encima del otro pero tampoco estás ganando absolutamente nada. De hecho, lo que se hacemos al acusar es desprendernos de nuestra responsabilidad.
Y entiendo que esto lo hagan chavales con quince o veintitantos años… ¿pero con 30? ¿Con 40? ¿50 años? ¡Ya no toca!
Y, ¿qué es coger responsabilidad? Pues tomar las riendas, tomar las decisiones. Y, sobre todo, en este caso, es dejar de mirar al otro para empezar a mirarte a ti. Así que cuando culpes a otro o juzgues a otro de algo, pregúntate qué tiene eso que ver contigo, que te molesta tanto del otro.

Errores de los hombres con las mujeres (y cómo evitarlos)
DESCARGA EL EBOOK GRATIS
Al enviar este formulario aceptas nuestras políticas