Cambiar la actitud de una mujer contigo
Cambiar la actitud de una mujer contigo. Hay dos cosas que no puedes cambiar en una mujer: ni su personalidad, ni sus creencias. Pero sí puedes cambiar su actitud contigo para que se muestre más abierta, más
curiosa, con más interés y, por supuesto, con mayor atracción hacia ti.
Hoy quiero darte 5 consejos que tú puedes hacer para que ella cambie su actitud contigo.
Te pongo un ejemplo: imagínate la típica chica que te gusta, que te atrae muchísimo y que de verdad te apetece conocer, pero su actitud es algo cortante: te sigue las conversaciones contestándote de forma rápida, a veces con monosílabos… no invierte todo lo que podría invertir, la sientes algo tensa… pero tampoco te dice que te vayas, y a la vez te mira como invitándote a seguir ahí.
Son estas situaciones algo extrañas que puede que no sepas bien qué hacer y tienes la sensación de que es muy pronto para pasar a conocer a otra chica que esté muchísimo más receptiva y que demuestre más ganas de conocerte. En ese caso prueba cambiar la actitud de una mujer contigo.
Así que aquí vengo a darte 5 consejos y técnicas que puedes aplicar para cambiar la actitud de una mujer y esté más abierta y receptiva a conocerte.
1 Cambiar la actitud de una mujer con el contagio emocional
Es un superpoder. Significa que puedes contagiar tus emociones: igual que cuando a alguien le da
un ataque de risa, tú terminas riéndote, o cuando alguien cuenta algo triste, a ti se te
contagia cierta tristeza, tú también vas a ser capaz de modificar el estado emocional de esa
chica que tienes delante.
¿Cómo vas a hacerlo? Pues, por ejemplo, con tu actitud disfrutona. Si cuando hablas con
una mujer sonríes, muestras que disfrutas, que tienes una energía positiva y le transmites
buen rollo con tus palabras, lograrás que se sienta más alegre y asocie esas emociones a ti.
Esta actitud disfrutona y la positividad puede ser contagiosa y generar una conexión
emocional más fuerte. Si eso ocurre, ten por seguro que querrá pasar más tiempo contigo.
Para contagiar emociones positivas, acostúmbrate a utilizar verbos emocionales positivos
como:“disfruto mucho cuando…”, “me ilusiona”, “me emociona”, o “me encanta a morir..!”
Eso sí: es esencial que tus emociones y actitudes sean auténticas. Intentar fingir o forzar una emoción puede resultar contraproducente, porque esas cosas se notan: tus emociones reales se expresarán en algún momento en tu cara, y
los demás se darán cuenta de que hay cierta incongruencia en ti, lo que hará que pierdas conexión. Así que cuanto más genuino y natural seas, mejor funcionará y podrás cambiar la actitud de una mujer contigo.
2. Jugar a presuponer
Déjate de preguntar como una metralleta que solamente hace que disparar preguntas. Mejor convierte estas preguntas en presunciones: Por ejemplo: ¿A qué te dedicas? Cámbialo por: “Apuesto a que trabajas de arquitecta”. Si te
equivocas, que sería lo normal, ella te corregirá, y te contestará a la pregunta que realmente
hay detrás, que es saber a qué se dedica, y luego tendrá curiosidad de por averiguar por qué has dicho
eso, a lo que puedes responder: “Porque tienes un aire entre seria y creativa que para mi es
muy de arquitecta”.
La mayoría de las hombres le preguntarán: «¿a qué te dedicas?», pero al presuponer, tú te estarás saliendo del molde y te estarás diferenciando de los demás hombres. ¿Ves como con este pequeño ajuste no solamente te desmarcas del resto de hombres sino que puedes sacar una respuesta totalmente diferente de una mujer?
3. Cambiar la actitud de una mujer con el humor
El humor siempre es un salvavidas…. y, por favor, no confundas el sentido del humor con ser un payaso y hacer o decir tonterías para que ella se ría: no eres ningún bufón. Utiliza el humor porque tiene el poder de aliviar la tensión, crear
un ambiente relajado y establecer una conexión emocional con ella. Por ejemplo, si tú ya
estás con tu actitud disfrutona de la vida, si ya estás haciendo suposiciones y ella sigue sin
invertir, utiliza el humor. Puedes decirle, con humor, con un tono divertido: «»Wow, tu
capacidad para responder con tanta eficiencia me deja sin palabras. ¡Es un super poder! Ni se te ocurra perderlo, eh? porque seguro que te ha sacado de muchos apuros !»
Y si te dice que sí sin seguir más… no preguntes de qué apuros le ha sacado. Aquí es un
momento maravilloso para quedarte en silencio, mirándola… esperando a que sea ella
quien sienta la presión del silencio y hable de esos apuros. Y con este silencio también
demuestras que tienes una alta expectativa con los demás y que no te sueles conformar
con las migajas de nadie.

4. Ser enigmático.
Por ejemplo, en lugar de estar de acuerdo con algo, podrías responder con una pregunta inusual o con una afirmación enigmática que invite a la reflexión. Por ejemplo, si ella dice que le gustó la película, de Avatar, en lugar de
simplemente estar de acuerdo, podrías preguntar: «¿Por qué crees que esa película nos
hace cuestionar nuestra propia realidad?». :wow:
Al emplear este tipo de lenguaje enigmático, estás desafiando las expectativas y dando un
giro interesante a la conversación. Esto puede generar intriga y curiosidad en ella para
cambiar su actitud contigo, y que esté más receptiva.
Además, al hacer preguntas inusuales o plantear ideas provocativas, estarás estimulando la
conversación, creando esas conversaciones que te atrapan y sobre las que piensas más tarde.
5. No vayas detrás de ella, buscando constantemente que sea más participativa.
Utiliza dos cosas: el silencio, como en el ejemplo que te acabo de poner y
abrirte tú. Cuando digo que te abras tú, me refiero a que compartas cosas de tu vida, más
personales: puede ser alguna experiencia trivial, algua situación que hayas vivido, o
también tu forma de pensar o una opinión.
Lo que generas al abrirte es generar un ambiente de mayor confianza, y eso fomentará que ella también se abra y cuente cosas de su vida. La regla en esto es que cuanto más te abras tú, más fácil será que se abra ella. Eso sí, no
lo hagas demasiado pronto, pero acostúmbrate a revelar información sobre ti, porque está
demostrado que cuanto más nos conoce alguien, más le atraemos.

